Viaje al Pirineo Navarro

A principio de mayo de este año (2018) es cuando hice este pequeño viaje por el Pirineo Navarro que consistió en poco más que un fin de semana largo, en una zona de España y Francia que merece mucho la pena visitar y en una época que además de climatología muy agradable, el paisaje estaba espectacular mente verde después de tantas lluvias de este año. Seguramente en esa zona sea el color habitual.


Cerca del nacimiento del Tajo, camino de Zaragoza

La salida, como siempre en estos últimos viajes y rutas, desde el centro de la península y dirección Zaragoza, dónde pasaría la primera noche para aprovechar a hacer una ruta más entretenida y evitar autovías, y también hacer escala y dosificar las etapas y un poco de turismo.


Zaragoza, plaza de la Basílica del Pilar

La etapa del segundo día iba desde Zaragoza hasta Viscarret-Guerendiain, el pueblo de Navarra dónde pasaríamos las dos siguientes noches. En el camino me encontraría con el resto del grupo en Egea de los Caballeros, y desde allí llegaríamos al campamento base, una casa rural, especialmente dedicada para peregrinos, por su ubicación, pero que vale la pena recomendar por las instalaciones, el precio y la atención.


En la casa rural nos permitieron aparcar con facilidad y por la noche nos permitieron dejar las motos en el garaje.

Tras la llegada y el acomodamiento en la casa, nos acercamos a Pamplona a hacer una serie de compras necesarias para la barbacoa del día siguiente, y a aprovechar a dar un paseo por el centro y tomar algún que otro pincho, aunque finalmente se nos alargó la tarde y toco el viaje de vuelta de noche cerrada hasta Viscarret-Guerendiain. Son apenas 30 kilómetros, pero en una zona revirada y con el peligro nocturno de que pueda haber animales cruzando la calzada, aunque se resolvió sin ninguna incidencia.


Vistas desde el balcón en Vizcarreta-Gerendiain, espectacular!

El tercer día era ya el sábado que dedicaríamos a la ruta real por los Pirineos Navarros. La ruta transcurría por pueblos como  Agorreta, Urtasun, Zubieta, Ezkurra, Legorreta, Alsasua, Estella, Puente de la Reina, Aoiz, Nagore, Olaldea, Jaurrieta, Ochagavia, Larrau, Utziate, Sant Jean Pied de Port, Roncesvalles para acabar de nuevo en  Bizkarreta/Gerendiain.

Resultó una ruta algo exigente por las horas en moto y lo revirado del terreno (además de los cerca de 500 kilómetros), pero con una asfalto bueno para el moto turismo y unos paisajes que invitaban a hacer una foto en cada curva, aunque no pudimos permitirnos este lujo ya que había mucho espacio que cubrir en un solo día.

El almuerzo fue en ruta, no recuerdo exactamente el nombre del pueblo, pero si que estaba a muy poco kilómetros de San Sebastián. El bar/restaurante tampoco lo recuerdo, mejor así, porque el servicio no fue malo, la calidad no era mala, pero en el precio se pasaron de largo al cobrar bocadillos y refrescos al precio de menú de carta.


Las motos aparcadas durante el almuerzo

La primera parte del día, hasta el almuerzo, transcurría por la Selva de Irati, entre curvas y carreteras estrechas, con muchos ciclistas y peregrinos y no demasiado tráfico. Era una parte en la que no encontramos grandes puertos, aunque por la mañana si que nos topamos con un tramo de niebla que se complicó un poco.



Según avanzaba el día, iban levantándose las nueves, para finalmente despejarse pudiendo aprovechar mejor las vistas, y mejorando la temperatura y condiciones del asfalto.

Tras el almuerzo, y saliendo de la provincia de Gipuzcoa ya nos dirigíamos de lleno a la zona prepirenaica, y ahí, tras atravesar la Sierra de Urbasa, ya empezamos a encontramos con buenos puestos de montaña, más altitud, y una pequeña bajada de las temperaturas a medida que subíamos, junto con un que el cielo se iba encapotando, hasta llegar al alto del puerto de Larrau, (1585 metros de altitud) que aún conservaba grandes paredes de nieve.


Sierra de Urbasa, fotos rápidas, porque habíamos parado en medio de la carretera.

Tras las oportunas fotos enfilamos, por la parte francesa, hacia San Jean de Pied de Port, para desde allí volver a entrar en España, por Roncesvalles y ya volver a Viscarret-Guerendiain, dónde nos esperaba un descanso y una buena barbacoa para terminar el día.


Descanso en Sant Jean de Pied de Port

La noche no se alargó mucho. Después de cenar y tener una pequeña sobre mesa comentando lo bueno y malo de la ruta, las cosas que había visto cada uno, las pequeñas anécdotas y sensaciones en la moto, el cansancio ya nos iba pudiendo y en torno a la media noche nos fuimos a descansar.

La barbacoa, nos esperaban unas buenas chuletas de la zona para reponer fuerzas.

El día siguiente era duro, no por lo largo, si no por lo aburrido que resulta la vuelta después de una ruta o viaje de este estilo. Se trata de cubrir bastantes kilómetros y no invertir demasiado tiempo, por lo que la mayor parte del trayecto debe hacerse por vías rápidas o autovías, que para una moto no tienen diversión y además fatigan mucho.

El viaje finalizó bien, cada uno en su casa, un fin de semana agradable y divertido por una zona a la que me queda pendiente volver (entre los viajes pendientes está la tras pirenaica), así que ya se podía empezar a pensar en el siguiente...


En el viaje de vuelta subí a una báscula de vehículos. Sin toda la carga y solo la moto, el peso es a tener en cuenta.

Aprovechando el post recomendaré la casa rural en que nos alojamos en Viscarret-Guerendiain, se llama Amatxi Elsa y el trato, servicio, ubicación y precio (25€ por persona/noche en habitación doble) son inmejorables. Sin duda es uno de los mejores alojamientos rurales en que he estado y dónde te hacen sentir a gusto. Además de poder compartir experiencias con peregrinos que también se suelen alojar en la casa, y dónde siempre es interesante oír sus historias y vivencias.

Comentarios

Entradas populares