Viaje al Sur y el Algarve - ETAPA 5 - Castelo Branco



Inicio de la quinta etapa, dónde ya poco a poco se va olvidando la costa, aunque después de bordear Lisboa desde Barreiro, aún tocaría algo más el borde de la península, pero el giro ya era hacia el interior.

Embalse de Castelo do Bode (Portugal)


Primer gran reto de la mañana: localizar al dueño del hotel para que atase de nuevo al perro y poder sacar la moto. No fue difícil, aunque me parece que le hice madrugar un poco, salí en torno a las nueve de la mañana, después de un buen desayuno en un bar que había enfrente del alojamiento.

Cómo el lugar tampoco daba para mucho más, y quería bordear Lisboa lo antes posible tratando de evitar tráfico, apreté un poco más la comida y salí pitando. Me esperaba una de las rutas no muy largas, menos de 400 kilómetros, pero quería hacer alguna parada y tomármelo con calma. La  idea inicial era comer y pasar un rato en Fátima, y ya la noche en Castelo Branco, así que empecé la ruta.

Los kilómetros iniciales, aburridos, sin más que carretera, y el tráfico habitual cuando estás cerca de una capital o gran cuidad, pero el objetivo era quitármelo pronto y llegar a Peniche, no por nada, si no porque había visto que era el extremo más occidental de Portugal, y eso, en si, ya es un reto :).

Para esta parte de Peniche, lo mejor es ver el vídeo, ya que fotos apenas tomé. No quería entretenerme mucho, y el día estaba un poco gris, que no era favorable para las fotos y ver bien la zona.


El siguiente destino, Nazaré, no sabía porqué quería llegar hasta allí, el nombre me sonaba, pero no sabía de qué, posiblemente una de esas ciudades de Portugal que todo el mundo conoce. Y fue un acierto llegar. El día había levantado, la ciudad era muy bonita, y las vistas espectaculares.

Por cierto, según me he enterado después, es una de las mecas del surf por sus olas...

Vista de Nazaré

Un acierto, vaya, aunque  también allí hay que sortear a las hordas de turistas, y en esa zona en particular, que tienen por costumbre cruzarse en medio de una calle que ya de por si es difícil de circular con una moto carga, adoquinado, cerca del mar... lo tiene todo, pero vale la pena.



Una pequeña parada para hacer alguna foto más de la plaza, dónde está la iglesia y la capilla de Nuestra Señora de Nazaré (no conozco la historia de esto, pero seguro que en Google la encuentras).


En la imagen de la izquierda está la iglesia , y en la imagen derecha la capilla. En medio, como no, la moto, que ya sabéis que casi siempre sale en las fotos...


Un poco de descanso más, y continué el viaje en dirección al interior de Portugal y hacia España. La siguiente parada sería en Fátima, para hacer la visita y comer, y a media tarde llegar a Castelo Branco a descansar.

Y llegados a Fátima, la sorpresa: masificado, en todas partes vendían recuerdos, solo había tiendas de souvenirs, los restaurantes o sitios de comida rápida (incluso Telepizza), malos y caros... desde luego una desilusión de algo que habían montado en torno a la basílica, y que cada uno estaba tratando de sacar su tajada.

La basílica al fondo

Poco estuve por la desilusión, mal comer en un sitio caro y salí pitando, no me gustó nada como lo tenían montado, o es que me esperaba otra cosa que no vi.

Al menos la siguiente parte del día mejoró, ya dirigiéndome por completo al interior de Portugal, al este, hacia España, pasé por varios sitios muy bonitos antes de llegar a Castelo Branco.

Llegue a una zona de embalse por Castelo do Bode, un sitio tranquilo, sin tráfico, donde ya se empezaba a entrar en montaña, pero que por desgracia no había bosque, o mejor dicho, quedaba muy poco.

Mirador de Castelo do Bode


Y es que esta zona es la que sufrió el verano pasado (2017) uno de los mayores incendios de Portugal, que arrasó gran parte de ese bosque. Aunque se veía ya intentos de repoblación, y alguna zona que no estaba tan afectada, aún se podía intuir lo que habría sido aquello el verano anterior... Una verdadera pena que espero que continúe recuperándose porque la zona es muy bonita, como todas esas partes de montaña de la península.

Después de un breve descanso y unas pocas fotos, ya con ganas de llegar a descansar fui hasta Castelo Branco. Pocas fotos, o mejor dicho, ninguna tengo del pueblo, pero si aceptáis el consejo, yo iría. Un pueblo acogedor, bonito, muy bien cuidado y con historia. Económico, como todo en Portugal y agradable para estar.

No llegué muy tarde, así que fui directo al hotel para ducharme y dar una vuelta. Era una especie de chalet muy grande y alquilaban las habitaciones. El resto no se como sería, pero la que me tocó a mi era espectacular. Desde luego os garantizo que fue una sorpresa encontrar una habitación así, por como era de grande, equipada, cuidada y que no le faltaban detalles (fruta de bienvenida, chocolatinas, etc). El desayuno estaba incluido, y el propietario me dejó meter la moto a un porche que tenían cerrado. El precio casi lo más increíble. En España cuesta encontrar hostales en zonas poco habitadas por precios similares. De verdad que me encantó el lugar y el trato.

El sitio se llama B&B La Esplanada, en Castelo Branco, sin pinchas en el enlace te lleva directamente a la web del Hotel. Lo reservé por Booking y fueron 35€, pero también puedes hacer la reserva desde la web. Altamente recomendable. 

Para terminar, deciros que cuando salí de la ducha a darme un paseo vi otras dos GSs aparcadas dentro junto a la mía, de matricula Portuguesa... Que más se puede pedir, hotel motero... pero eso no es todo, ya que cuando volví de cenar, la zona del porche estaba completamente llena de motos, incluso dos tuvieron que aparcar fuera. Era un grupo de Portugueses de unas 10 motos, viajaban en pareja, y también hicieron noche allí. No tuve mucho trato con ellos, ya que por la noche no los ví, y en el desayuno ellos bajaban cuando yo me marchaba, pero esto ya es parte de la próxima etapa, la 6...




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